La industria dio un vuelco al estado del bienestar, generando la sociedad que conocemos hoy día, en la que se hacen patentes los beneficios de producir ordenada e industrialmente todo tipo de géneros, desde alimentarios, hasta constructivos, pasando por los productos de belleza, didácticos, textiles, etc. Casi todo lo que podemos encontrar hoy día en los mercados se ha producido industrialmente, lo cual, tiene consecuencias.
Para paliar parte de esas consecuencias negativas debemos emplear los recursos a nuestro alcance, recursos sostenibles, que generen, incluso aumenten, el bienestar deseado. Por supuesto, la utilización de estos recursos no tiene por qué llevar aparejado la desaparición de la industria, au contrarie (que diría el clásico), debemos apoyarnos en ella para alcanzar la principal meta a obtener: el cien por ciento de sostenibilidad.
Nos queda, por delante, una ardua tarea, un reto que conseguiremos para dejar a nuestros descendientes un mundo mejor, en el que la sostenibilidad sea estudiada como una herramienta del pasado para salvaguardar un legado natural.
Los materiales, utilizados en la construcción de nuestros edificios, naves industriales y elementos urbanos, que podrán ayudarnos en la tarea propuesta, deben tener una serie de características, por ejemplo, que sean fácilmente extraíbles de la naturaleza (de ahí viene todo), que su transformación genere la menor combustión posible y que su aplicación sea la menos lesiva para el entorno que nos rodea.
En la construcción, y para el sector de revestimientos y acabados, existe un material que cumple con todas estas pesquisas: el corcho (lo habías adivinado ¿eh?). Además, con el aliciente que se puede aplicar sobre cualquier materia, siendo fácilmente adaptable para las distintas utilidades y acabados, en otras palabras: es un producto que genera grandes resultados en sostenibilidad y acabados de gran belleza estética.
El corcho proyectado es un material ecológico con patente española es un revestimiento 100% ecológico compuesto por polvo de corcho en varias granulometrías, resina acrílica, grasas vegetales y agua. Es un material que se renueva con extremada facilidad, con lo que el suministro está garantizado. Proviene del alcornoque, con una renovación de corteza cada 9-12 años, por si fuera poco, el 80% de la producción mundial de alcornoque se encuentra en España y Portugal, países con una gran tradición exportadora.
Debido a sus características, el corcho se presenta como un material protector del medioambiente, dado que su uso no sólo no genera gran desgaste natural, también posee una gran durabilidad, de entre 25 y 30 años, por encima de las pinturas tradicionales. Además, provee de aislamiento acústico y térmico, lo que redunda en un menor uso de otros elementos, y, por si esto fuera poco, también es resistente al fuego.
Sí, definitivamente, el corcho es un material protector del medioambiente, y un buen generador de bienestar.