El corcho, un material eficaz que aísla térmicamente.

Entre las muchas ventajas que posee aplicar corcho en la envolvente de nuestras construcciones, una destaca de forma rotunda, y es que, la desventaja que supone el elevado consumo energético al que estamos sometidos, tiene su punto álgido en la necesidad de aislar térmicamente nuestros hogares para defendernos de las variaciones térmicas del exterior.

Sí, efectivamente, el corcho es un material que aísla de forma efectiva contra el calor o el frío. Su composición química lo convierte en uno de los materiales más versátiles del Orbe, posee una estructura con forma de colmena, con prismas pentagonales o hexagonales, que poseen bolsas de aire intersticiales. Las celdas poseen suberina en su mayor parte, aunque también poseen lignina, polisacáridos, taninos y ceroides.

Esta formación dota al corcho de unas capacidades deseables, como es la ligereza, la elasticidad o la capacidad de soportar altas compresiones sin romperse. Pero, repetimos, la propiedad que más nos interesa es la que impide la transmitancia térmica, convirtiendo al corcho en un poderoso aislante térmico.
Además, no necesita el grosor de otros materiales para mostrarnos sus capacidades. En un ensayo realizado por la empresa DecoProyec, se demostró empíricamente este punto. El ensayo consistió en la realización de una casa de madera con una pared y una parte de la cubierta de cristal, se aplicó la pintura de corcho de la marca y se midieron las temperaturas.

La prueba determinó que que la temperatura interior se elevó a 55,59 ºC, la exterior, donde no se aplicó la pintura de corcho se elevó a 54,69 ºC y, la temperatura detrás de la cubierta con corcho alcanzó sólo 39,07 ºC, lo que supone una diferencia de 15,62 ºC, un éxito, sin duda.

De hecho, la empresa certifica que su revestimiento ecológico, formulado a base de corteza natural de alcornoque triturada, potencia el aislamiento existente en un edificio hasta un 20%, aplicado en 2 kg/m2.

No es ninguna broma, y abre un amplio campo de aplicaciones, por ejemplo, en la rehabilitación de edificios, para alcanzar los parámetros que necesitamos de aislamiento térmico sin tener que realizar grandes obras, simplemente, aplicando una pintura en la cantidad indicada por el fabricante.

El corcho proyectado hace que, con la aplicación adecuada, la eficiencia energética de nuestros inmuebles mejore, con un aprovechamiento óptimo de los recursos a nuestro alcance. Se convierte, pues, en una herramienta eficaz contra el cambio climático, al impedir que utilicemos los aparatos de calefacción y/o refrigeración, ¡¡por no hablar de lo que nos ayuda a reducir la factura de la luz!!

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